Villanueva de Córdoba
Villanueva de Córdoba
LA CIUDAD
En Sierra Morena, en el corazón de la dehesa más poblada de Europa, Villanueva de Córdoba aparece labrada en granito.
Si como núcleo urbano comienza a configurarse en el S. XII, no son estos los primeros signos de habitantes en esta tierra, los vestigios megalíticos atestiguan que entre el 3.000 y el 2.000 a. C, se desarrolla una importante cultura calcolítica.
Cruce de caminos desde la prehistoria, Villanueva de Córdoba nace al amparo del camino del Armillat, vía crucial en la época del califato, que unía Córdoba con Toledo. Lo conoció, en el S. IX, el historiador Ahmad Ibn Razi, dejando testimonio del nombre con el que entonces se conocía a lo que después serían Los Pedroches, “Fahs-al-Ballut” (llano de las bellotas), constatando que las bellotas que producían sus encinas eran las más dulces de España.
Las calles de Villanueva de Córdoba, están labradas en granito, las jambas y dinteles de sus casas, los pozos y fuentes en sus plazas… Granito que nace en la dehesa, y termina descansando en sus monumentos y plazas que hablan de tradición y cultura.
Y después de alimentar el espíritu, conviene hacer lo propio con el cuerpo, para ello la exquisita gastronomía basada en los productos del cerdo ibérico, donde el jamón ibérico de bellota es la estrella.
Sin duda es el encinar el sello de identidad de Villanueva de Córdoba, perderse en él en cualquier época del año, supone un encuentro con la paz y la calma, donde el tiempo parece detenido, con una belleza paisajística rica y ancestral.
IMPRESCINDIBLE
En torno a la Plaza de España, situada estratégicamente en una zona alta y amplia, en lo que fue camino Real de La Plata que unía
Pedroche con Córdoba, se encuentran los principales edificios civiles y religiosos de Villanueva de Córdoba.
Entre los edificios civiles encontramos el Ayuntamiento, del S. XVIII, construido en su origen para servir como pósito y cárcel, conserva, aún, su estructura original, destacando las dos arcadas del piso posterior, cuyas columnas en granito soportan arcos de ladrillo rojo, característica constructiva de la zona.
El edificio de la Audiencia, construido en el S. XVII, destaca por su sobria fachada de granito, pero la edificación más singular es sin duda el Refugio antiaéreo, construido durante la guerra civil, sorprende al visitante cuando descubre bajo la Plaza un espacio dividido en cinco naves por cinco arcos de granito y ladrillo rojo, al cual se accede por tres túneles conservados tal y como se construyeron.
Preside la plaza la Iglesia de San Miguel, del S. XVIII, cuya torre de 35 metros anuncia desde lejos que nos acercamos a Villanueva.
Diferentes calles confluyen en la Plaza de España, en todas ellas se encuentran impresionantes casas señoriales, con fastuosas fachadas, esculpidas en granito. En la calle Real destaca el Convento de las Obreras del Corazón de Jesús, cuya capilla del Dulce nombre es una auténtica joya neobarroca de mediados del s. XX, y finalmente la Iglesia de San Sebastián, el edificio más antiguo de Villanueva de Córdoba, construido como ermita en 1585.
Pasear por las calles de Villanueva de Córdoba es entrar en contacto con sus tradicionales formas de vida, los pozos en las plazas, los lavaderos públicos, fueron lugares de reunión. Las cruces de piedra nos indican que todos los caminos llevaban hasta Villanueva de Córdoba, los jardines, las macetas en ventanas y balcones nos cuentan del amor y el respeto de sus gentes por la naturaleza.
Elemento importante es la artesanía, destacando las “navajas jarotas”, algunas de las cuales empuñadas con artísticos mangos de cuerno, son verdaderas obras de arte. La piel también se trabaja en Villanueva de Córdoba, es aquí donde aún se puede encontrar al último curtidor artesanal de toda Andalucía. No podemos olvidar el trabajo de la madera, o la forja, cuyas obras pueden verse paseando por sus calles.
Y por supuesto la dehesa, el mejor ejemplo de relación entre el hombre y la naturaleza ofrece al viajero experiencias en un marco natural único, senderismo, micología, ornitología, la berrea, la montanera, paseos a caballo…, en definitiva una variada gama de actividades que permiten adentrarse y disfrutar de la belleza de este ecosistema.
MUÉVETE
Llegar a la estación de AVE de Villanueva de Córdoba supone el primer encuentro con la dehesa. El paisaje que se le ofrece al viajero, que baja del tren, es excepcional, miles de encinas sobre lomas suaves, que la vista no es capaz de abarcar.
La dehesa, con sus cientos de colores y sus olores a jara, tomillo y romero, enmarcada por paredes de granito, acompaña al viajero hasta Villanueva de Córdoba.
Una vez en Villanueva de Córdoba se le atenderá en la Oficina de Turismo donde tendrá cumplida información de todas las posibilidades para disfrutar de la ciudad y sobre todo de la dehesa, rutas, actividades en plena naturaleza o fiestas tradicionales que le harán sentir que siempre ha pertenecido al lugar.
Oficina de Turismo (957120603)
turismo@villanuevadecordoba.com
- Martes a Viernes: 9:00- 14:00 horas.
- Sábados, Domingos y Festivos: 10:00- 14:00 horas.
ALTERNATIVA
Las fiestas tradicionales permiten vivir auténticas experiencias, muchas de ellas son fiestas ancestrales que se han transmitido de generación en generación y que son el reflejo de una cultura forjada en siglos.
La Romería de la Virgen de Luna, declarada Fiesta de Interés Turístico de Andalucía, se celebra dos veces al año, el lunes de Pentecostés y el segundo domingo de octubre. No es solo una romería más, el camino por la dehesa hasta el Santuario de la Jara es entrar en comunión con la naturaleza.
El año comienza con San Sebastián, patrón de los aceituneros, en el “alto del santo”, se celebra una verbena en la que la hermandad de San Sebastián invita a todos lo que quieran acercarse a saltar las candelas.
La Semana Santa y las Cruces de mayo son cita obligada para el viajero que busca conocer una primavera diferente, llena de olor a incienso y colores de las miles de flores que visten las cruces adornadas por las calles o los patios y habitaciones de las casas.
El otoño llega con San Miguel, patrón de Villanueva de Córdoba y la Feria del Jamón Ibérico de Bellota de Los Pedroches, a la que llegan visitantes de todos los rincones de España con el único objetivo de saborear el excelente jamón ibérico de bellota.
Pero venir a Villanueva de Córdoba es conocer la dehesa en toda su plenitud, si el otoño y el invierno derrochan fantasía y romanticismo con sus mañanas heladas y nubladas, la primavera la muestra en todo su esplendor cuajada de vida, el verano es el momento de poder disfrutar de sus noches.
Sus cielos estrellados y limpios, considerados de los mejores de Europa, han permitido que se le otorgue el certificado de “Reserva Starlight”, un título avalado por la Unesco y la Organización Mundial del Turismo, y que sitúa a la comarca como punto estratégico para actividades astronómicas.
PARA SABOREAR
El Jamón Ibérico de Bellota es sin lugar a dudas la estrella gastronómica no solo de Villanueva de Córdoba, sino de toda la comarca de Los Pedroches. Por este motivo se celebra, en octubre, y en su honor la Feria del Jamón Ibérico de Bellota de Los Pedroches.
El cerdo ibérico, criado en libertad en la dehesa, aprovecha durante toda la montanera la bellota, que en época de matanza dará los mejores productos, y una vez en la cocina, crearán platos tan exquisitos como el lechón frito, presa, pluma, carrilladas, etc.
Otro plato que es obligado probar durante la visita a Villanueva de Córdoba es el “Salmorejo Jarote”, una sopa fría cuyo ingrediente más apreciado es la perdiz.
A los postres no pueden faltar dulces tradicionales, rosquillas y cagajones, con miel o con azúcar, aún se siguen haciendo para festejar bodas y bautizos, y el viajero no podrá marcharse sin haberlos probado.
NO TE VAYAS SIN
La estación de AVE de Villanueva de Córdoba es la puerta de acceso a Los Pedroches. Comarca formada por 17 pueblos, ofrece un gran abanico de posibilidades al viajero, monumentos como el Monasterio de Santa Clara, el más importante de la provincia tras la mezquita de Córdoba, en Belalcázar, que debe su nombre al castillo que aún conserva su bella torre del homenaje, la Iglesia de San Juan Bautista de Hinojosa del Duque, o catedral de la sierra, cuya torre fue construida por Hernán Ruiz, al igual que la de la Iglesia del Salvador de Pedroche, en cuyas estrechas calles podemos aún encontrar aires medievales de musulmanes y cristianos. Otro de los lugares que hay que conocer es Dos Torres, con su Plaza Mayor, cuyos soportales miran de frente a la Iglesia de la Asunción, Pueblo declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico
Alcaracejos, Añora, Belalcázar, Cardeña, Conquista, Dos Torres, Fuente la Lancha, El Guijo, Hinojosa del Duque, Pedroche, Pozoblanco, Santa Eufemia, Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Duque, Villaralto, El Viso, todos han sido construidos con granito, casas, pozos, fuentes, paredes, cruces, Iglesias, ermitas, y todos ofrecen al visitante paisajes imborrables, tradiciones centenarias y gastronomía exquisita.
Y no se pueden abandonar Los Pedroches sin dejar de visitar el Parque Natural de Cardeña Montoro, perteneciente a la Red Ecológica Europea Natura 2000, hábitat del lince ibérico, es posible encontrarlo en algún recodo o acechando a algún conejo. Son muchas las actividades que el parque ofrece y muchas las posibilidades para su disfrute.