
Se sabe que ya en el siglo XIX se realizaban excursiones a los Infiernos de Loja, donde los guías eran miembros de los clubs de alpinismo de la provincia.
Otro dato curioso es que existía, también en el siglo XIX, la frase popular “¡Vete a los Infiernos de Loja!”, que se decía sobre todo en Málaga de forma despectiva y que quería decir algo así como “Vete al quinto pino, a ver si te pierdes”.
Por el alto valor paisajístico y la gran biodiversidad de los Infiernos de Loja, entre ellas algunas plantas poco habituales, este enclave fue declarado Monumento Natural en 2003.
Y un último dato que puede ser interesante cuando planifiques tu visita a este lugar único: frente a la cascada se ha construido un estupendo mirador con paneles informativos.
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