Toledo, ciudad de las Tres Culturas, está ligada a la obra de Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco, cuya obra ha marcado la Historia universal de la pintura. Si vas a visitar Toledo este post te interesa, porque te hablamos de los lugares donde disfrutar del primer gran genio de la pintura española, que se estableció en la ciudad en 1577.
Descubriendo el Museo del Greco
El Museo del Greco, en Toledo, es en la actualidad el único de España dedicado a la figura del pintor. Fundado por Don Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, II marqués de la Vega-Inclán (uno de los mecenas españoles más importantes de la primera mitad del siglo XX y responsable de la recuperación y disfusión de la obra del Greco), el museo tiene como finalidad esencial transmitir y hacer comprensible a la sociedad la figura del Greco, así como la influencia de su obra y personalidad en la Toledo de comienzos del siglo XVII.
En la sala del Apostolado se exponen la mayoría de las obras del Greco que guarda el Museo: los trece cuadros del Apostolado, las Lágrimas de San Pedro, Vista y plano de Toledo y los retratos de Antonio y Diego de Covarrubias.
Además en los últimos años se han depositado 3 obras que también ayudan a explicar el estilo del Greco: San Simón y Santiago el Menor del Apostolado Arteche, apostolado de menor tamaño y de taller que ayuda a explicar las llamadas series del Greco, y un pequeño crucificado atribuido al Greco en su época romana.
Al inicio de la sala, y por el carácter didáctico de la nueva museografía, un audiovisual explica la forma de pintar del Greco.
Además, desde el catálogo digital del Museo del Greco tienes acceso a la información de las piezas de la colección estable, que forman parte de la exposición permanente y a gran número de fondos que conserva la institución, tanto museográficos como documentales.
El Greco y El Entierro del Señor de Orgaz
Para completar la experiencia, no te olvides de visitar la capilla donde se encuentra la obra del Greco “El Entierro del Señor de Orgaz”, en la Iglesia de Santo Tomé de Toledo.
La espiritualidad toledana de la época influyó en un Greco que provenía de Venecia, donde la influencia del laicismo en las artes era ya algo patente. De hecho la Iglesia fue el principal cliente del pintor. “El Entierro del Señor de Orgaz” representa las dos dimensiones de la existencia humana: abajo la Tierra, la muerte, arriba el Cielo, la vida eterna.
El Greco se lució plasmando en el cuadro lo que constituye el horizonte cristiano de la vida tras la muerte, iluminada por Jesucristo. Son dos mundos claramente diferenciados por el estilo y el uso de la luz y el color.
La luminosidad representada en la parte superior del cuadro refleja una clara influencia de la escuela veneciana en la pintura del Greco. Esta luminosidad contraste especialmente con la mitad inferior del cuadro; mitad que representa lo terrenal.
El Greco eligió el estilo de la escuela flamenca, muy sobrio y realista, para transmitir el espíritu religioso de la época en la parte terrenal del cuadro. A través de los rostros de los personajes, todos ellos nobles contemporáneos suyos, el Greco representa de diversa forma la actitud del hombre hacia la muerte: unos meditando, otros llorando, otros comentando entre sí el acontecimiento. Finalmente otros se dan cuenta del milagro, cuando sube el cuerpo a la Gloria.
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