
De hecho, visitar este museo es la mejor forma de ver las Casas Colgadas por dentro. La entrada es gratis y su colección de arte abstracto es muy completa, con obras de Fernando Zóbel, Antoni Tàpies y Eduardo Chillida, entre otros.
Situada en la Plaza Mayor de Cuenca, impresiona por su singular fachada. Y es que al contemplarla, vemos el cielo a través de sus arcos neogóticos superiores. ¿Por qué pasa esto? La fachada neogótica es una reconstrucción de 1910, tras el trágico derrumbe de la Torre de la Giralda en 1902. Dicha obra, que pretendía emular la fachada gótica original, quedó inconclusa. Pero es justamente eso lo que le confiere singularidad y encanto.
Más allá de la fachada, te recomendamos entrar a la Catedral y hacer una visita completa. Así entenderás el valor y la grandiosidad de este templo, cuyas orígenes remontan al siglo XII – justo inmediatamente después de la reconquista de Cuenca a los musulmanes – y en el que conviven multitud de estilos: románico, gótico, barroco, neogótico.
Limitado por los ríos Júcar y Huécar y encaramado a la roca, el casco antiguo de Cuenca preserva su trazado medieval y encanta al visitante. Pasear tranquilamente por sus calles es una invitación a un viaje en el tiempo. La Plaza Mayor, la colorida Calle Alfonso VIII, las plazas de la Merced y de la Mangana son algunos de sus lugares más emblemáticos y son testigos de la convivencia de tres culturas: cristiana, musulmana y judía. También es parada obligatoria la Plaza de Ronda, donde se pueden observar los “rascacielos” del Barrio de San Martín, edificios de hasta 10 y 11 pisos, algunos se remontan al siglo XV.
Para una experiencia al completo, te recomendamos esta ruta guiada al centro histórico de Cuenca, que además incluye visita al Museo de Arte Abstracto Español y degustación de vino y tapa.
Ninguna visita está completa sin una degustación de los sabores y los platos típicos de la zona. La gastronomía de Cuenca está íntimamente relacionada con su paisaje natural y su herencia cultural. Son típicos los guisos de caza y pesca, los platos de cordero, así como sus quesos, mieles, aceites y vinos. Sus platos más representativos, los que no puedes dejar de probar, tienen nombres tan singulares como morteruelo, ajoarriero y gazpacho pastor. Entre los dulces, destaca por mérito propio el alajú, a base de miel, almendras o nueces y obleas, un bocado goloso con claras influencias musulmanas.
Podríamos seguir sugiriendo planes y experiencias para disfrutar de Cuenca, un destino perfecto para cualquier época del año y especialmente apetecible para una escapada de otoño. Desde Ciudades Ave, te animamos sin ninguna duda a visitar esta preciosa ciudad Patrimonio de la Humanidad. Además, te recordamos que desde nuestra nueva web, junto con las mejores experiencias, podrás también reservar tren y alojamiento para tu próximo viaje. ¡No esperes más! Y recuerda… ¡Si tienes alguna recomendación sobre una experiencia imperdible en Cuenca, déjanos un comentario!